La mafia de las garantías

La mafia de las garantías

Cuidado. Hay una organización que con tu título de propiedad puede pedir créditos millonarios y arruinarte la vida. Mónica y sus hijos: los perjudicados. Pero todos podemos ser víctimas.

Hace poco más de seis años arrancaba el calvario de Mónica. Hoy, su casa sigue en riesgo por una deuda que ella nunca contrajo. Te contamos su historia. 

Mónica y Ernesto salieron de garantes de una amiga para un alquiler. La buena acción que llevaron a cabo, les arruinó la vida. La mafia de las garantías hizo de las suyas. Pidió prestamos en entidades bancarias, retiró chequeras, se metió en deudas y pidió créditos.

Con el tiempo, esta familia terminó pagando créditos ajenos como podían, se defendieron con abogados hasta el último momento, y todavía están siendo acusados por un banco de deber cerca de 2 millones de pesos. Ella, la «estafadora» solo sigue peleando para salvar su casa. 

¿Cómo funciona esta mafia?

Falsifica datos, documentos de identidad y utiliza la información y copias de escrituras utilizadas como garantía en los contratos de alquiler para sacar créditos, hacer compras, sacar dinero en cualquier modo. La situación para mónica es desesperante. 

«No tengo ninguna deuda. Yo no hice absolutamente nada. No firme ningún préstamo. Me gustaría saber quién fue el que se hizo pasar por mi esposo y por mí», contó Mónica. 

«Para la justicia soy una estafadora. Ellos dicen que yo firmé una garantía y estafo porque soy garante y nadie paga. En realidad, la estafa no la cometí yo«. En los documentos que Mónica tiene sobre la mesa están las firmas de los delincuentes y la de ella. La diferencia es muy grande. 

Con el fallecimiento de Ernesto, el marido de Mónica y el lento accionar de la justicia ahora la «deuda» la tienen sus hijos, las nuevas víctimas, los hijos de los morosos. «Ellos que recién empiezan una vida de adultos están inhabilitados para todo».

«Cambié de trabajo, cuando quise ir a sacar la tarjeta de crédito aparecí en el veraz. Todavía figuro como deudora». Cecilia no puede sacar ningún préstamo. No tiene la oportunidad de invertir en un departamento. No puede hacer nada. «Vivo con la tarjeta de débito para todos lados», señaló la menor de la familia.

Esta familia no solo tuvo problemas emocionales con la pérdida del padre, y de salud por el estrés diario. Las complicaciones económicas apremian. Mónica tuvo el sueldo embargado seis meses.

«Yo no puedo sacar prestamos, no puedo ampliar montos en las tarjetas, no puedo sacar tarjetas nuevas. Tampoco puedo cambiar de banco porque estoy inhibida. Ninguna entidad me da absolutamente nada», remarcó la víctima. 

La situación aún no mejora. El juzgado que lleva la causa le permitió presentar pruebas. Por un lado, la pericia caligráfica de su esposo y la de ella, pero el banco aduce que ya no tiene los documentos de Ernesto por su fallecimiento.

«Cuando me presento en los juzgados me tratan como una sospechosa». En el relato Mónica señala que uno de los abogados del Banco le dijo que era «la primera vez que escuchaba una historia semejante». La otra abogada, «vamos a ver si la señora es tan inocente como dice».

«Esa no es mi firma y yo voy a seguir adelante y la voy a seguir peleando. No me van a sacar el departamento», concluyó con la voz partida.

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