Vuelve la idea de ampliar la Corte, pero el Gobierno se despega

Tras el revés parlamentario que sufrió el Gobierno por el rechazo de los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla para integrar la Corte Suprema, un nuevo proyecto para ampliar el número de integrantes del máximo tribunal ingresó al Senado. Sin embargo, pese a que el ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona y hasta el propio Javier Milei se habían pronunciado a favor de sumar más jueces, el Gobierno se despegó de la iniciativa.
El proyecto fue presentado por el senador salteño Juan Carlos Romero, de Cambio Federal y con buen diálogo con el oficialismo. La iniciativa propone la modificación del artículo 21 de la Ley 1285/58, que establece un límite de 5 jueces de un mismo sexo en la Corte y busca llevar el número de magistrados a 7.
Según Romero, ampliar la Corte permitiría agilizar el tratamiento de las causas (actualmente el tribunal funciona con 3 miembros y la eventual asistencia de conjueces en caso de que no haya acuerdos por unanimidad) y fortalecería su legitimidad institucional. Para esto el senador subraya la importancia de que los jueces provengan de distintas partes del país y sean de ambos sexos.
Aunque el vocero Manuel Adorni sostuvo que «el tema no fue impulsado por La Libertad Avanza», en el Senado deslizan que si la iniciativa entró es porque tiene la venia de presidencia. Y más si viene de un senador que integra un bloque que siempre vota con el Gobierno.
Incluso la diputada Marcela Pagano, enfrentada con Martín Menem en el recinto, también presentó un proyecto similar pero que eleva a 21 los miembros de la Corte y los distribuye en salas especializadas según el área judicial.
El propio ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, había apoyado la idea tiempo atrás. «A mí me gustaría una Corte ampliada. Armónica y justa. Me encantan los jueces que están. Creo que hay más jueces de primera para integrar un muy buen máximo tribunal ampliado”, había dicho el funcionario.
Después del cimbronazo de la Ficha Limpia y con la Corte con dos vacantes y sin miras de completarse en el corto plazo, la idea empieza a sobrevolar en ambas cámaras del Congreso no con voces oficiales pero sí desde los márgenes libertarios. Y cuando el río suena, agua trae.