La pulseada por la reforma laboral
El Gobierno demora la reglamentación de la ya largamente anunciada Reforma Laboral y ahora negocia con el ala dialoguista de la CGT y promete introducir cambios para evitar judicializaciones y medidas de fuerza gremiales.
El encargado de sentarse con los sindicalistas es el Secretario de Trabajo, Julio Cordero, que intenta hacer equilibrio entre lo que propone Federico Sturzenegger, que busca una desregulación profunda y prometió «la reforma más importante en décadas» y los «pero» que plantean los gremios.
El primer punto de discordia es el artículo que plantea que haya «colaboradores» en lugar de empleados y permite que los trabajadores independientes puedan tener hasta 3 personas, también monotributistas, que colaboren con la tarea sin que sea necesario una relación de dependencia.
Desde la CGT plantean la necesidad de que se prohíba «fragmentar» las empresas o los establecimientos de trabajo para evitar que los empresarios cometan fraudes y se implementen relaciones de dependencia encubiertas.
El otro punto que generó muchas rispideces es el que sostiene que los bloqueos o las tomas de establecimientos de trabajo serán causales de despido, al igual que la participación en huelgas que impidan o afecten la libertad de trabajo de otros. Los sindicalistas exigen que haya una instancia judicial antes del despido, algo que en principio no estaría en los planes del Gobierno, pero que los funcionarios se comprometieron a analizar.
Así las cosas, la reforma sigue en veremos. Los otros puntos salientes de los cambios que impulsa la administración de Milei en el mercado laboral son conocidos. Un período de prueba que subirá de 3 a 8 meses y que no contempla el derecho a pedir indemnización, la creación de un fondo de cese laboral optativo para reemplazar a las indemizaciones, los beneficios para regularizar a trabajadores en negro y el aumento de la indemnización «por discriminación», que anulará la posibilidad de reclamar ante la justicia y exigir que el trabajador vuelva a su puesto de trabajo.
En las últimas horas Sturzenegger volvió a prometer que la reglamentación estará la semana que viene. Habrá que ver si llegan a buen puerto las negociaciones con los sindicatos o si la reforma nace con conflicto y trae consigo promesas de nubarrones en el horizonte.