Jubilación cajoneada

Jubilación cajoneada

En la Provincia de Buenos Aires algunos empleados públicos tienen que esperar mucho tiempo para conseguir su jubilación. ¿Por qué tarda tanto? En esta nota, todos los detalles

Susana Napolitano trabajó durante más de treinta años en la administración pública de la Provincia de Buenos Aires. El 31 de enero de este año fue su último día, se quiso jubilar y dejó de ir a la oficina al cumplir 35 años de trabajo.

A ella le corresponde una jubilación ordinaria compuesta por los haberes de ciertos años en el Poder Ejecutivo, algunos otros del Legislativo y al cumplimentar sus tres décadas y cinco años mediante la ANSES como trabajadora autónoma. 

“El primero de febrero yo ya sentí que estaba jubilada. Dejé de ir a mi lugar de trabajo, pero hasta que no tuve el acto administrativo del cese de actividades, no pude iniciar mis tramites”, detalló Susana, y explica que recién los pudo realizar el 9 de mayo, siendo el 22 de junio el día en el que expediente ingresó al Instituto de Previsión Social (IPS) de La Plata. Aún está sin moverse.

El 9 de agosto presentó una nota pidiendo un “Pronto Despacho” para que el trámite avance, pero esa solicitud recién se juntó con el expediente madre el 30 de ese mismo mes. 

Antes de presentar el “Pronto despacho” Susana fue a la oficina del IPS y simplemente le dijeron que sus papeles seguían en el mismo lugar. Entonces preguntó si podía hablar con alguien y le dieron la opción de dejar una nota con la solicitud para que el expediente avance. “El dialogo es inexistente, no me dejaron pasar. No pude hablar con nadie. Es una barbaridad que no te dejen entrar a las oficinas”.

Susana detalla que con las “jubilaciones ordinarias”, el abuelo próximo a jubilarse percibe un anticipo mensual del 60% del último sueldo, pero no cuenta ni con aumentos, ni con aguinaldos. “Aquí tenemos un problema porque este retiro tarda entre dos y tres años en salir, lo que significa que quién se va de la actividad cobrará durante ese tiempo la misma cantidad de dinero, y el precio de las cosas sube”.

¿Qué pasa con su anticipo jubilatorio?

“Nunca lo he cobrado en tiempo y forma. No tengo un día específico”. A principios de septiembre le depositaron el anticipo del mes de julio. En mayo cobró los pagos de febrero y marzo. El deposito de mayo lo recibió en junio y el de abril se lo hicieron en julio. Todavía sin novedades del pago de agosto.

A Defiéndase le aseguran que nada tiene que ver la Asesoría General de Gobierno, perteneciente a la Secretaría de Legal y Técnica de la Provincia, que es dónde Susana trabajó, entonces es un error del Instituto de Previsión Social.

“Lo que espero que se solucione rápido. Me gustaría que a la gente no la tengan ni maltratada, ni ninguneada. No hay necesidad de eso. Una persona no puede cobrar una miseria durante casi tres años”, añadió.

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