Claves de la Reforma Laboral del Gobierno

Claves de la Reforma Laboral del Gobierno

Tras el relanzamiento del Gobierno con los cambios en el gabinete, Javier Milei se enfoca de lleno en la aprobación de las reformas que, según considera, serán la columna vertebral de la segunda parte de su mandato. 

En este sentido, empoderó aún más a su ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, encargado de delinear y defender uno de los pilares de esta segunda etapa: la Reforma Laboral.  

“Es una reforma que está orientada a mejorar la situación del trabajo. Algo hay que hacer”, explicó Sturzenegger y advirtió que es la única manera de corregir el drástico crecimiento de los trabajadores informales. 

El ministro desregulador negó que el proyecto contemple una ampliación de la jornada laboral y sostuvo que las versiones de que  se iba a pasar de 8 a 13 horas «son un disparate sin ningún asidero».  

Además subrayó que lo que buscan es reducir los costos ocultos y las cargas estructurales. «Todos usan al empleo como una canasta de la cual morder. Hay una industria del juicio que muerde, el sindicalismo pide porcentaje, las cámaras empresarias también. A la relación laboral le muerden, más o menos, un millón de pesos por año. Cuando dos personas contratan, arrancan cien mil pesos abajo porque hay que pagar estos peajes. Eso no trae ningún beneficio directo para el trabajador», describió y aseguró que la idea de la reforma es «eliminar esos peajes».

Pese a que el ministro dijo que no hay que darle importancia a los trascendidos hasta que el proyecto sea presentado, algunas de las claves del texto ya salieron a la luz. La ley apuntará  a modificar de forma significativa el esquema actual de relaciones laborales, con foco en la flexibilidad y la productividad.

Entre los puntos que se analizan, se destaca la posibilidad de establecer paritarias por empresa, lo que daría prioridad a los acuerdos internos frente a los convenios de rama o actividad. Según la visión oficial, esta modalidad permitiría adaptar las condiciones laborales a las particularidades de cada compañía y de cada región, potenciando la creación de empleo.

Otro de los cambios propuestos es la eliminación de la “ultraactividad”, que mantiene vigentes los convenios colectivos una vez vencidos hasta que se pacten nuevos términos. La medida, reclamada por el sector empresario, busca agilizar las negociaciones y evitar que se prolonguen condiciones desactualizadas.

El proyecto también contempla un sistema de salario variable por desempeño, que sumaría bonificaciones o incrementos adicionales al sueldo básico en función de la productividad y los resultados obtenidos. Este es uno de los puntos más polémicos y resistidos por el sindicalismo, porque eliminaría el piso de las paritarias y establecería en su lugar un tope máximo dándole libertad a las empresas a aumentar menos si no se logran los rendimientos esperados.

Por otro lado, la iniciativa plantea otorgar libertad contractual para definir la moneda de pago, permitiendo que las partes acuerden si el salario se abona en pesos u otra divisa. Esto también es visto con recelo por los gremios porque abre la puerta también a pagar parte del sueldo con vales de comida, por ejemplo.  

Por último, el Gobierno evalúa incorporar los llamados “bancos de horas”, un mecanismo que permitiría compensar las horas extra con días de descanso, ofreciendo mayor flexibilidad en la organización del tiempo de trabajo.

Con estas iniciativas, el Ejecutivo busca impulsar un nuevo marco laboral que combine incentivos a la eficiencia con una mayor autonomía en la negociación entre empleadores y trabajadores con el objetivo de hacer crecer la contratación de trabajo formal.

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