La salud enferma: Denuncia que la prepaga desoye a la Justicia y sus hijos siguen sin la cobertura que necesitan
Otra acusación contra una prepaga pone de manifiesto la crisis del sector de salud y los abusos que a veces sienten los afiliados por parte de las empresas, que no cumplen con lo que deberían.
Cintia Chacón presentó un recurso de amparo contra Swiss Medical y logró una cautelar a favor por parte de la justicia porque la empresa no responde a las necesidades de sus hijos, que sufren una enfermedad poco frecuente llamada neurofibromatosis de tipo 1 y 2. «Es muy grave, incumplen una sentencia y afectan la salud y la dignidad de dos chicos», dice la doctora Valeria Denicola, abogada querellante.
Según cuenta Chacón, la prepaga no le cubre tratamientos ni internaciones en clínicas de capital porque considera que la patología no es grave. Ella es madre soltera, trabaja en enfermería, alquila y tiene enormes gastos de salud con especialistas y ambulancias porque la empresa de salud no responde como correspondería.
«A mi hija Luna le descubrieron la neurofibromatosis cuando tenía pocos meses de vida, ahora tiene 15 años. Hasta los 11 años tuvo todos los tratamientos. Pero después sufrió un colapso, fue tratada en la clínica Los Arcos y de ahí se determinó que necesitaba una internación domiciliaria, insumos, cama articulada hogareña, especialistas y atención las 24 horas. Ella tiene que tener un desarrollo neurológico activo con psiquiatras, psicólogos, enfermeros y kinesiólogos. También necesita una cinta de caminar y una bicicleta fija con respaldo», explica Cintia.
La prepaga les mandó muy poco durante la pandemia. Poco después le diagnosticaron la misma enfermedad a su otro hijo, Mateo, de 10 años. A partir de ese momento, los incumplimientos de la empresa fueron más profundos. «Las camas articuladas nunca llegaron, las ambulancias que mandaban no tenían ni oxígeno cuando Luna necesita asistencia respiratoria, las enfermeras que vienen a mi casa tienen un nivel muy bajo porque son de una empresa tercerizada», detalla la mujer. «Mateo necesita terapias neurológicas y la prepaga las suspendió», agrega.
Cansada y sin más salida ante las excusas de la empresa de salud, Cintia decidió recurrir a la justicia, que en principio ya le dio la razón. Sin embargo, ni así logra que la prepaga cumpla. «Pido lo que mis hijos necesitan para tener calidad de vida, porque ellos no se van a curar. Me da impotencia porque nosotros pagamos con mucho esfuerzo la obra social. No tenemos la posibilidad de cambiar y ellos lo saben y se abusan de eso. Mis hijos tienen el plan más caro y ni así cumplen. No mandan ni siquiera insumos básicos», cierra.
Solucion urgente, con la salud de los niños no se jode.
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