Grassi pedófilo

Grassi pedófilo

Luego de más de 15 años de proceso judicial, el padre Julio César Grassi fue declarado culpable de abuso sexual y corrupción de menores por la Corte Suprema de Justicia. Defiéndase entrevistó en exclusiva al abogado de las víctimas, Juan Pablo Gallego. 

La Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmó la condena por abuso sexual agravado y corrupción de menores de forma unánime, en relación a los hechos cometidos por el sacerdote Julio César Grassi.

Defiendase entrevistó en exclusiva al abogado querellante en la causa, Juan Pablo Gallego, quien explicó que Grassi no tiene más recursos judiciales a su disposición, y tendrá que purgar quince años de prisión por sus hechos aberrantes, sin otra posibilidad de que este fallo vuelva a ser revisado.

El abogado especialista en derecho del niño señaló además que ahora solamente deberá cumplir la condena de forma efectiva como corresponde a un delincuente sexual. Para Gallego, el cura no puede recibir ningún beneficio porque quienes cometen estos delitos vuelven a hacerlo al salir anticipadamente de prisión.

En 2009 el Tribunal en lo Criminal N° 1 de Morón condenó a Grassi a 15 años de prisión por abuso sexual de menores, con el agravante de que era sacerdote y encargado de la educación y guarda de las víctimas, pero el cura recién fue privado de la libertad en septiembre de 2013.

«Hoy arribamos a la sentencia definitiva después de 15 años de trabajo y vamos a velar porque la condena se cumpla en su totalidad», reiteró Gallego

La condena no incluye todos los hechos y testimonios de las víctimas por el miedo que tenían. Gallego recuerda que solo fueron tres los jóvenes que se presentaron con valentía a denunciar a un poderoso. Grassi era una persona que solía aparecer rodeado de figuras muy influyentes, aseguró el abogado.

A fines de la década del 90, una vez concluido el gobierno del presidente Carlos Menem, el sacerdote se acercó a Aníbal Ibarra y a Cecilia Felgueras. Estos políticos pasaron las Pascuas en su fundación en plena campaña electoral porteña.

Poco después, frente a la falta de respuestas económicas por parte del gobierno de De La Rúa, el cura conoció a su nuevo benefactor monetario: el entonces gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Carlos Ruckauf.

En la entrevista con Defiendase, Gallego además sentenció que en principio, el sacerdote debería seguir detenido en el Penal 41 de Campana porque cuenta con la seguridad necesaria para contener a un delincuente de esta naturaleza.

El otro interrogante?

En las próximas horas tal vez conozcamos la decisión de la Iglesia. Podrá ser reducido a laico conforme a los protocolos vigentes, dado que en este caso la sentencia es definitiva e irrecurrible.

Con los chicos, no.

En octubre del año 2002, el programa Telenoche Investiga mostró a tres jóvenes con sus rostros cubiertos denunciando los abusos del cura en la Fundación Felices los Niños. En noviembre, Grassi es procesado por abuso sexual agravado y ordenan la «libertad morigerada» con la prohibición de acercarse a la Fundación.

En 2003, «Ezequiel» uno de los chicos denunciantes retractó su acusación. En mayo de ese año, el abogado de Grassi, Miguel Pierri, queda detenido por presionar al menor. En octubre elevan la causa a juicio oral. En 2005, tras haber intentado promover un juicio por jurados sin éxito, el sacerdote accede a efectuarse una pericia psicológica ante un juzgado de la provincia de Santa Cruz, ya que allí otros de los niños, con seudónimo «Luis», lo acusa de abuso durante un viaje a El Calafate.

Esa pericia, la única que hizo Grassi en todo el proceso, da como resultado que el sacerdote tenía «indicadores similares del perfil psicológico de un delincuente sexual».

El 1 de julio de 2008, el juez Carlos Navarte de Santa Cruz procesa al cura por abuso sexual y en agosto comienza el juicio oral de la causa madre de Morón. El 10 de junio de 2009 finaliza el proceso. El Tribunal condenó al cura a 15 años de cárcel por tres hechos denunciados por «Gabriel», y lo absuelve por los otros 14 hechos contra «Ezequiel» y «Luis». 

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