Golpe a golpe

Golpe a golpe

Cecilia es víctima de violencia de género. Su marido la maltrató tanto física como psicológicamente durante más de 14 años. Su historia se hizo conocida, pero su calvario no termina.

La artista conceptual Yoko Ono presentó en el MALBA una muestra en donde expone 1000 relatos de mujeres víctimas de la violencia machista. Cecilia Ljuba es una de ellas. Su abogado, el Dr. Juan Pablo Gallego nos cuenta su historia.

En la muestra está el testimonio de Cecilia Ljuba. Una mujer que viene padeciendo violencia desde hace años y venimos acompañándola en el plano judicial. Esto ha despertado especial interés porque el caso de Cecilia atraviesa todos los planos de violencia posibles, explicó Gallego.

Ella denuncia inicialmente una violencia física muy importante, violencia psicológica, un híper control y golpes. De algún modo tiene un primer escape de esa situación con su divorcio. 

¿Después de cuánto tiempo se divorció?

Después de una larga cantidad de años. Estuvo muchos años con dos hijos muy pequeños y el entorno le decía de salvar la familia. Aquí la que en algún momento ha tenido que salvarse, incluso físicamente ha sido esta mujer. Finamente se divorcia y se le otorga la tenencia de sus hijos y fue un primer intento de creer que terminaba este calvario cosa que no ocurrió.  

A posteriori del divorcio ha seguido el acoso, siguió habiendo agresiones físicas y verbales a lo largo de los años y aun divorciados, este hombre sigue ejerciendo un híper control sobre cada movimiento de esta mujer y eso la llevó a efectuar distintas denuncias en la Oficina de Violencia Domestica de la Corte Suprema. 

Se fueron fijando distintas medidas de restricción de acercamiento a este sujeto en relación a la señora Ljuba y en relación a sus hijos. Incluso llegó al extremo de extender esas restricciones a los medios electrónicos porque el acoso ha continuado por esas vías.

En los últimos tiempos efectuó dos amenazas de muerte hacia la señora. Fueron comprobadas por la justicia penal y este hombre fue elevado a juicio oral, y finalmente aceptó una probation, que incluye su concurrencia a un centro para hombres violentos. Lejos de que este hombre cese esa actitud, la ha recrudecido y de algún modo, como venganza inicia él una serie de acciones judiciales. 

¿De qué tipo?

Primero simula una agresión que endilga a la señora respecto de sus hijos. Efectúa una denuncia penal que fue rechaza in limine. Apeló y fue rechazada de vuelta por la Cámara Penal y por supuesto la señora esta sobreseída. No contento con eso ahora inicia un proceso por el cual pretende él ejercer la tenencia de sus hijos, que siempre estuvo a cargo de la señora Ljuba, y lo sigue estando. Este hombre nunca participó activamente de la educación o de la custodia de sus hijos y esto es como un medio de provocación y de trasladar la violencia, primero física, luego psicológica a una suerte de violencia institucional donde la justicia que debería resguardar los derechos de esta mujer y de sus hijos, de algún modo sustancia los pedidos de este sujeto provocando un temor enorme ante la posibilidad de tener que disgregarse.

Por otro lado, cada momento, cada día, cada encuentro y cada situación con este hombre es bastante conflictiva. Los días que los niños comparten con su mamá se producen situaciones caóticas, ya sea por el dispositivo que sea, por los celulares o tablets de los hijos él interfiere y no permite siquiera la posibilidad de una cena en paz de la mamá con ellos.

No alcanza con una restricción de unos pocos días si no hay un seguimiento, si no hay estudios psiquiátricos de una persona de este tipo para determinar cuál es su capacidad para frenar sus impulsos o hasta dónde puede llegar.

Pareciera que estos casos en donde se llega a estos niveles de acoso resultan ser incluso los más difíciles hasta tanto no ocurra una desgracia mayor, que es lo que hay que evitar. A lo que no se puede llegar en este caso es que se llegue a un episodio de una violencia extrema o que derive en una desgraciada muerte como hemos visto cantidad de femicidios en estos días y como ha sido reflejado en estas marchas que viene organizando la sociedad civil denominadas “Ni Una Menos”. 

Lamentablemente la respuesta de la justicia en estos casos es bastante limitadas y a veces con una visión poco global, o con una primera mirada en donde dicen que luego de una restricción se le da una oportunidad  porque no deja de ser el padre de la criatura y eso no deja de ser una familia. Eso es una mirada patriarcal de la situación que es realmente peligrosa porque una cosa es una discusión entre dos adultos, que puede darse y otra cosa es cuando existe una personalidad con características violentas que se perpetúan en el tiempo que necesariamente requieren de una protección permanente de la justicia en relación a las víctimas, y esto es lo que no ha ocurrido en el caso Ljuba y por eso ha llamado tanto la atención como caso significativo en esta muestra de Yoko Ono. 

La vida de Cecilia en un párrafo

Ojos que sueñan. 27 años. Casamiento e ilusiones.  Un marido violento. Psicópata. Lo supe después.  Ojos que ven lo que no quieren. Alma, corazón y mente en crisis.  Señales que desoigo. Lucha. Interna y externa. Dos hijos. Hermosos. Únicos. Algo aún brilla. Hay magia en sus miradas, en sus caricias y abrazos. Es amor. Estamos juntos. Por siempre.  Pero hay golpes. Insultos. Peleas. Maltratos. Más golpes. Más dolor. Más angustia. Sumisión. Encierro.  El cuerpo habla. Con moretones y con ataques de pánico. Y con más. Duele adentro. Muy profundo. Y duele todo. Honda tristeza, desilusión, miedo. Mucho. El hogar es prisión. Una vida sin sonrisas. Alejada de mi fuente. Vacía. Ojos que ven muy gris, oscuro. Un divorcio para terminar con 14 años de sueños rotos. Y de maltratos. Pero no terminan.

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