El mercado inmobiliario desalojó a la Ley de alquileres
Por la inflación y la imposibilidad de aplicar la norma, cada vez más negociaciones se hacen por afuera: precios dolarizados y ajustes semestrales o incluso trimestrales
El precio de vivir es cada vez más alto en Argentina. Los alquileres se vuelven una pesadilla tanto para los inquilinos como para los dueños de los inmuebles. La ley de alquileres va a cumplir 3 años desde su promulgación y acumula más problemas que soluciones.
Los empresarios inmobiliarios sostienen que cada vez más acuerdos se cierran por fuera de la legislación. Son contratos informales de menos de 3 años, con ajustes semestrales o trimestrales en lugar de anuales y muchas veces atados al dólar.
Desde las inmobiliarias explican que el actual contexto económico hace inviables los contratos a largo plazo y menos en un año electoral. «La ley actual generó muchísima incertidumbre. El principal defecto que tiene es que el ajuste es anual. Es el único contrato privado en la economía argentina que se ajusta una vez por año», explica Daniel Bryn, analista del mercado inmobiliario de Invertire.com. «El seguro del auto, la prepaga, el colegio de los chicos, las comisiones del banco, las compras, la energía… todo se ajusta mensualmente pero en cambio el alquiler se ajusta una vez por año. Si vos alquilás un monoambiente por 70 mil pesos hoy, recién podés modificar ese valor en marzo del año que viene cuando seguramente 70 mil pesos no valgan nada», ejemplifica. «Esto genera que los contratos se hagan por fuera de la ley, con plazos menores y cláusulas de ajuste distintas», dice y remata con una frase que desnuda la realidad de la economía argentina: «Hoy casi el 60% de los alquileres están dolarizados».
Lo que proponen los propietarios y las cámaras inmobiliarias es volver a la ley anterior, sobre todo en la cuestión de los ajustes, que por el ritmo de la inflación deberían ser, según Bryn, al menos semestrales.
En la ciudad de Buenos Aires hay 680 mil contratos de alquiler vigentes. Pero la oferta de departamentos vacíos bajó muchísimo. Desde la entrada en vigencia de la ley en 2020 se pasó de 10 mil inmuebles a 5200, es decir, casi la mitad. «Lo que menos hay son monoambientes y ese es un dato preocupante porque hay muchísima gente que vive sola y busca este tipo de viviendas», explica el analista.
La mitad de esos 5200 departamentos en alquiler se concentra sólo en tres barrios: Palermo, Belgrano y Recoleta. La nueva ley llegó para complicar todo. La oferta formal es cada vez más chica y la economía, que es dinámica, se acomodó rápida y obligadamente por carriles informales, que muchas veces pueden ser una trampa y generar problemas de difícil solución legal.