Alquileres: Inquilinos y propietarios rehénes de la política

Alquileres: Inquilinos y propietarios rehénes de la política

Los inquilinos y propietarios que sintieron un poco de alivio cuando el proyecto para hacer cambios a la ley de alquileres tuvo media sanción en Diputados ahora se agarran la cabeza. Es que en plena campaña y con los ánimos muy encendidos, la puja política se metió de lleno en un tema muy sensible como es el hogar de miles de familias y amenaza con hacer naufragar todas las iniciativas para mejorar la situación de la gente.

Ayer en comisiones del Senado el kirchnerismo le impuso modificaciones al proyecto original votado en la cámara baja. Según los senadores oficialistas, los cambios que ya tienen media sanción benefician a los propietarios y entonces buscaron equilibrar la balanza proponiendo una nueva iniciativa.

Mientras que Diputados había aprobado que los contratos pasen a durar 2 años, los ajustes sean cuatrimestrales y en base a 3 posibles índices distintos que tenían que acordar las partes, el kirchnerismo de la cámara alta propone volver a extender el contrato a 3 años, establecer actualizaciones cada 6 meses y ajustar los precios de acuerdo al índice «Casa Propia» que usa el MInisterio de Desarrollo Territorial para las líneas de Procrar.

Esto postergó el debate, que recién se haría la semana que viene y tendría en cuenta los dos dictámenes. Si prospera el que creó el oficialismo ayer, el proyecto deberá volver a la cámara baja, con todas las dilaciones que eso implica.

Tanto las cámaras inmobiliarias como los inquilinos señalan que el principal problema del mercado en este momento es que no hay departamentos en alquiler. Y que esa escasez es la que eleva los precios hasta volverlos impagables. En este sentido, advierten que si se mantienen los contratos de 3 años, los propietarios seguirán sin ofrecer sus propiedades .

Antes de que se dictara la actual ley, en la ciudad de Buenos Aires había unos 10.000 inmuebles en alquiler. En la actualidad hay alrededor de 300, la mayoría a precios exorbitantes y muchos de ellos en el mercado informal.

Una vez más parece que la política hace su juego, envueltos en la burbuja electoral y muy lejos de las necesidades de la gente. Mientras tanto, sigue comprometido lo más sensible: el techo de miles de familias. 

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