El niño des»amparado»
6Un programa estatal de salud incumplía con el tratamiento que necesitaba el integrante más pequeño de la familia Rosas. Los padres del menor presentaron un amparo, pero todo sigue igual…
Joaquín tiene nueve años y es autista. Hace cuatro años sus papás Alejandro y Fernanda solicitaron un amparo en la justicia para que el Programa Federal Incluir Salud (Ex PROFE) le proporcione a Joaquín el tratamiento domiciliario que necesita.
En agosto del 2013, el juzgado Civil y Comercial número 1 de la localidad de San Martín le da la cautelar a los padres del menor, ordenando al programa estatal PROFE que suministre «con carácter urgente en el término de 24 horas» no sólo el tratamiento en el hogar, sino también los medicamentos, el transporte necesario para ir a las interconsultas y a las terapias, un tratamiento educativo de modificación de conducta, un acompañante terapéutico y ayuda psicológica para la familia. Pero este programa de salud hizo oídos sordos.
La mamá nos contó que decidieron ir a la justicia porque pasaron por muchas situaciones irregulares, una de las peores eran los tratamientos intermitentes que empezaban y al mes se suspendían falta de pago.
El papa de Joaquín aseguró que siguen esperando el tratamiento y los medicamentos, y agregó: «el programa de salud nos ofrecía migajas de pan para nuestro hijo y el defensor de menores de San Martín nos decía que las agarremos».
La abogada Sandra Gómez, especialista en discapacidad señaló que «PROFE es el programa Federal de Salud, que desde el año 2011 se llama Incluir Salud. El programa le otorga salud a las personas que tienen derecho a las pensiones no contributivas, personas con discapacidad, adultos mayores y a madres que tengan más de siete hijos, pero no es una obra social».
Defiéndase también entrevisto a la doctora María Cristina Cortesi, abogada especialista en derecho médico y farmacéutico para saber qué pueden hacer Alejandro y Fernanda. «Cuando una demanda judicial no se cumple, el abogado que inició el amparo debe pedir en el juzgado sancionar a la otra parte. Las más conocidas son las astreintes, que es una multa diaria por cada día de incumplimiento», explicó.
Mientras tanto Joaquín la sigue peleando todos los días. Contra el mal que lo aqueja, sí, pero también con la desidia y la falta de humanidad de un programa de salud que a simple vista no parece estar funcionando.