5 minutos fatales
Por Luis Otero
¿Qué pasó? Nos seguimos preguntando, llenos de dolor, y con enojo creciente.
Qué le pasó a Débora en ese quirófano al que entró con un dolor de panza muy fuerte, y no salió con vida.
Por todos lados el abogado de la anestesióloga difundió el informe preliminar de la autopsia, más allá del secreto de sumario que estableció el juez Ghirlanda.
El defensor de la Dra. Nélida Inés Puente juega su propio partido, lo que pareciera despegarse de la estrategia que analiza el defensor del endoscopista, Dr. Diego Bialolenkier.
Mientras y de manera poco usual, la clínica es parte de la causa penal, cuando en un expediente penal, no hay responsabilidades para personas jurídicas, en todo caso, y eventualmente, para sus miembros.
Esta claro que hay solidaridad en caso de reclamo civil, pero, este reclamo hoy no existe, estamos en el ámbito penal.
Curarse en salud, paradójicamente parece la consigna.
Mientras, doña Marta, la mamá de Debora, se presentó como querellante en la causa, (lo que sí corresponde) sumándose al hermano, Alejandro, para reclamar urgente esclarecimiento de cómo su hija, a la que acompañó a hacerse un estudio a una clínica, terminó muerta.
En estado de salud sin riesgo de muerte entró Debora al quirófano, se quería curar de su dolor de panza pero pasó otra cosa. Irreparable.
Fueron cinco minutos fatales, que transcurrieron en esa sala con pocos testigos, aparentemente sin registros. Perdón. Si hubo registro.
No solo el cuerpo de la víctima habla en la autopsia, sino que también hay documentos que permiten describir el minuto a minuto de la situación que derivó en la muerte de nuestra amiga.
Fueron los cinco minutos fatales.
Y están escritos en la historia clínica de una manera por momentos curiosa.
6 de febrero. La fecha está consignada.
Hora 17.20. En la historia clínica el gastroenterólogo escribe que Debora entra con un cuadro de epigastalgia. En criollo. Le dolía mucho la panza, pero esto es síntoma de una posible dolencia que merece tratamiento médico , según te explican los que saben.
El diagnóstico final iba a surgir entre otras cosas, justamente de la endoscopía, para determinar el tratamiento.
A las 17.20 el endoscopista escribió que, con el endoscopio, «se progresa hasta la segunda porción duodenal con distensibilidad dificultosa del tracto digestivo». Esto fue escrito a las 18.15 en la historia clínica.
Lo escrito por el profesional marcaría que hubo una dificultad en su trabajo para pasar la sonda por el esófago y el estómago.
Poco después, escribe que se constata edema generalizado sin lograr correcta visualización.
Estaban viendo a través de la sonda, pero según el médico no vieron bien, y detectaron que ella estaba sufriendo una crisis.
Se había generado una emergencia en el quirófano, a los 3 minutos de iniciado el estudio.
Se detecta ?bradicardia?, el corazón da señales de arritmia, esto quiere decir que su ritmo cardíaco empezaba a funcionar por debajo de las sesenta pulsaciones por minuto y esto generó una decisión urgente.
17,25: se suspende el procedimiento?
Ahí empezaron las tareas para despertar a Debora, cosa que fue imposible. Hasta el esternón se quebró en la maniobra, pero fue inútil;
El destino ya estaba sellado.
Pero, y acá hay algo todavía no explicado, a las 19.43 en la misma historia clínica, aparece escrito una vez más lo que se realizó a las 17;20 Textualmente dice: «se inicia procedimiento 17.20 progresando sin dificultad hasta la segunda porción duodenal».
Recordá que a las 18;15 ya había hablado de distensibilidad dificultosa en el tracto digestivo.
Hablamos de los cinco minutos fatales en los que la INCERTIDUMBRE dejó sin explicaciones al gastroenterólogo frente a la familia. y la respuesta fue:No sabemos que pasó. Dos frases diferentes y aparentemente contradictorias en la historia clínica, que los médicos forenses explicarán luego, y tendrán que explicar los profesionales que intervinieron, cuando los citen a declarar.
Tené presente la frase: «distensibilidad dificultosa del tracto digestivo» y recordemos:
Está escrito en el informe de la autopsia, cuando los médicos examinan el cuerpo dice sobre esos órganos,
«se constata infiltración hemorrágica del esófago, desde su inicio hasta 11 centímetros por debajo, lo cual interesa el tercio superior y medio esofágico. La infiltración finaliza a 13 cm por arriba del diafragma, con múltiples efracciones de la mucosa» ( efracción según el diccionario significa ruptura, perforación, y lo que resta determinar en el informe que falta es si la perforación fue completa)
Cuando habla de estas efracciones, el informe dice que están agrupadas , son longitudinales, lineales, paralelas. Unas 9. 4 de ellas miden 12 cm de largo por 7mm de ancho. Y 5 miden 3 cm con un ancho de 9 mm.
El informe sigue diciendo luego que la situación estaría relacionada con ?las maniobras instrumentales endoscópicas practicadas en la vía digestiva, dado el hallazgo de las lesiones descriptas en esófago y estómago.
Habla la historia clínica. Habla la autopsia. Los profesionales al principio no hablaron o no contaron lo que pudo haber pasado.
Luego las explicaciones, «no sabemos que pudo haber pasado» .La palabra es INCERTIDUMBRE
Lo que está claro que lo que pasó, pasó en esos 5 minutos fatales, y cuando Débora estaba bajo su responsabilidad médica.
Las defensas de los médicos están separadas. Se espera una «efracción» a la hora de deslindar responsabilidades entre ellos.
Pronto sabremos qué pasó realmente, pero al parecer las lesiones del esófago escritas en el informe preliminar de la autopsia, son coherentes con la frase de la historia clínica: ?distensibilidad dificultosa del tracto digestivo? que indica lo que pasaba a las 17;20, cuando comenzaron los 5 minutos fatales.
Homicidio culposo, dice todavía la carátula del expediente, y esto parece que por ahora no cambia.