Una adopción entre el amor y la polémica
Pocas veces pasa. Un juez de familia priorizó la felicidad de un menor y le dio la espalda al Código Civil. Pero lo qué hizo, ¿estuvo bien? En esta nota, el análisis de los especialistas.
Cientos de chicos en nuestro país esperan tener una familia, pero el proceso de adopción en Argentina es algo complejo. Las leyes no están a la altura de las circunstancias y el paso del tiempo genera mayores situaciones de precariedad en el sistema y en la vida de los menores. Tal vez, esto fue lo que hizo que un juez de Rosario falle a favor del amor dejando de lado lo que dice la ley.
El magistrado Marcelo Molina del juzgado quinto de esa ciudad santafecina garantizó la adopción directa de un menor de 5 años. La madre biológica, lo entregó a una familia amiga, 15 días después del parto. Un hecho que hoy el Código Civil y Comercial prohíbe y penaliza.
Todo esto sucedió antes de la entrada en vigencia del nuevo Código. Cuando el menor cumplió un año, los padres «adoptivos» se acercaron al juzgado a solicitar una guarda y las autoridades judiciales notaron que no se trataba de un ilícito. Allí, con la autorización de los padres biológicos y con el visto bueno de la oficina de niñez provincial comenzaron a gestionar el trámite de adopción.
La Dra. Adriana Miani, abogada especialista en derecho de familia, señaló que la decisión del juez está bien dictada. «Me parece que contempló una situación de hecho que si bien el nuevo Código lo prohíbe, puede demostrar que había lazos afectivos».
«A la vez creo que el juez habrá considerado que no había ninguna causa de tráfico de personas o alguna situación similar. Para mi está bien dado porque se analizó la situación personal de cada parte. Hay que recordar que el Código nuevo establece que la entrega directa está completamente prohibida», explicó Miani.
«Este juez ha tenido además las agallas suficientes como para declarar la inconstitucionalidad de varios artículos del Código», expresó Miani.
En contraposición a lo dicho por Miani, el Dr. Juan Pablo Gallego, abogado especialista en familia, declaró que «este fallo pasará pronto al olvido».
Para el abogado la decisión es sorprendente.»Son noticias que aparecen como simpáticas porque las leyes de adopción en la Argentina plantean serias dificultades y demoras».
En algunas provincias del interior la práctica de embarazos programados y entregas preotorgadas es habitual. Por esa razón, para Gallego, que un juez indique que se aparta de la ley y aplique el amor es algo sorprendente. «Es una metodología altamente peligrosa y creo que es condenada por la normativa internacional en materia de niños y ante posibles prácticas de tráfico».
Respecto a las declaraciones de inconstitucionalidad realizadas por el Dr. Molina, el especialista en familia las define como «llamativas». «Es un juez de la primera instancia. El control de constitucionalidad, si bien todos los jueces o magistrados participan de él, prioritariamente es ejercido por tribunales superiores».
«Aquí parece que todo ocurre de oficio. Molina es un juez que aplica el amor y la alegría y la inconstitucionalidad. Es un juez que dice que no hay delito y que el menor se encuentra ante buena gente. No pareciera haber más control de legalidad que la que dice el juez, pero el demuestra que no aplica la ley, con lo cual, es un caso polémico que busca despertar una simpatía momentánea», disparó el abogado.
¿El fallo puede ser apelado o recusado?
El único interesado en apelarlo sería el Ministerio Público Fiscal porque entiende que está violando el Código Civil y Comercial. A los fines del bien del menor que es la protección de acuerdo con la Convención de los Derechos del Niño, es un fallo concreto y absolutamente favorable al niño.
Por su parte, Juan Pablo Gallego señaló que tanto el Estado Argentino, el Estado provincial de Santa Fe o alguna organización de derechos de la niñez serian órganos legitimados para apelar o para pedir la revisión o la aclaración de esto.
Para finalizar, la Dra. Miani recomienda a aquellas familias que se encuentran en la misma situación recurrir a un profesional del derecho antes de iniciar cualquier acción, para recibir un buen consejo.