Fallo en contra de una trabajadora infiel que buscaba competir con su propia empresa

La justicia avaló y justificó el despido directo y sin justificación de una mujer que era empleada de una empresa y que en paralelo había empezado un emprendimiento privado que entraba en clara colisión con los intereses de la firma porque vendía los mismos productos. 

Aún estando en relación de dependencia, y con acceso privilegiado a las estrategias comerciales, la selección de mercadería y la política de precios de la empresa, la mujer abrió su propio local para vender exactamente lo mismo y competir directamente con quien todavía era su empleadora. 

Esta simultaneidad fue resaltada por los jueces, que en su fallo consideraron que el nuevo comercio tenía una actividad idéntica, ofrecía los mismos productos y replicaba promociones al detalle y además estaba ubicado a pocas cuadras de la empresa, con lo cual hasta le robaba los clientes del barrio.

Con esto, concluyeron que hubo un perjuicio para la empresa y que se violó el deber de lealtad y confidencialidad en la relación laboral. Y resolvieron que estaba justificado el despido sin indemnización, rechazando el reclamo de la ahora ex empleada.