El Estado me dio la espalda
Néstor es Teniente Coronel. Hace 3 años viajó a la Antártida, tuvo un accidente y quedó con una discapacidad del 70%. Su familia ahora pide que lo asciendan simbólicamente pero nadie le responde.
Néstor Argüello estaba a un paso de ser nombrado Coronel. Para que esto ocurra, el Ejército Argentino lo envió a un entrenamiento en la Antártida.
Una vez allí, Néstor durante meses le reclamó al Estado que mejoren las condiciones en las que se encontraban él y la dotación de civiles y militares que tenía a cargo. Su familia denuncia que en aquel entonces no tenían los elementos suficientes como para mantener habitable la Base Carlini.
Estando allí en la Antartida, Argüello sufre un infarto seguido de un ACV, y Nadia, su hija, nos cuenta que allí no tenían ni siquiera una camilla. «La que usaron, la hizo el carpintero con una puerta después de lo que le ocurrió a mi papá, que estuvo tres noches esperando ser rescatado. El personal que estuvo allá lo ayudó con los pocos medios que había, era todo insuficiente y eso hizo que hoy tenga una discapacidad total».
«En la base no había tubos de oxígeno. Al no poder suministrárselo, el oxígeno no le llegó al cerebro y le produjo una discapacidad del 70%. Según el expediente administrativo está incapacitado para todo acto. Otras de las falencias que había en la Base tenía que ver con el suero. El que le pudieron dar era uno vencido», explicó Nadia.
Por su parte, Sandra y Leandro, la esposa y el hijo de Néstor recordaron como fueron los primeros días. «Nos llamó por teléfono el Comandante Antártico, el General Figueroa y nos pone en conocimiento de lo ocurrido. A partir de ahí fueron tres días de rezo constante para que el helicóptero pueda entrar a la Base por el intenso viento que había»
Una vez que el helicóptero logra entrar, llevan a Argüello a la Base Frei, en donde lo esperaba el avión Hércules. De allí lo trasladan a Rio Gallegos y lo entuban por primera vez con oxígeno.
Un reclamo que quiere llegar a buen puerto
«En 2014, tuve oportunidad de hablar con el General de División de Personal por algunos reclamos que yo estaba haciendo», recuerda Sandra. «En ese entonces nos costó mucho conseguir que Néstor arranque su rehabilitación, y este General nos dijo que no me queje porque no debía llevarme mal con el Ejército. Me dijo también que en mi marido se gastó más de un millón de pesos en el avión sanitario».
En la actualidad hay un proceso de incapacidad vigente, y hace tres años están a la espera de que el acta administrativa defina dos cosas, si le dan el retiro a Argüello, y el ascenso definitivo a Coronel.
«Mi papá dia a día ve su uniforme y pregunta si ascendió o no», expresó Nadia, la hija, y su esposa finalizó la entrevista contando que Néstor, con la pérdida de memoria no está bien, «él se despierta y pregunta cómo llegó a Buenos Aires. Todavía cree que está en la Antártida».