Una jueza denuncia amenazas y ataques a su familia por haberse negado a una extorsión
La jueza civil y comercial de Avellaneda, María Reghenzani, denunció públicamente que desde hace meses vive bajo amenazas tras rechazar un intento de extorsión vinculado a una causa que tramitaba en su juzgado. A partir de ese episodio, asegura que se desató una escalada de ataques que alcanzó de lleno a su familia y que tuvo como principal objetivo a su esposo, el ginecólogo Diego Clementi, profesional con más de tres décadas de ejercicio, que fue denunciado por un presunto abuso que él niega rotundamente.
Reghenzani sostiene que Clementi se convirtió en el blanco de “una sucesión de denuncias sin sustento”, basadas únicamente en testimonios que responderían a un plan coordinado para perjudicarlos.
La magistrada insiste en que su “única falta” fue “cumplir con el deber” sin ceder a presiones externas ni intereses ajenos al expediente.
En este contexto, advirtió sobre las consecuencias de un sistema en el que los escraches digitales, las acusaciones virales y muchas veces la condena mediática antes de que actúe la justicia, parecen imponerse por encima de las investigaciones formales. “Cuando solo queda el relato, cuando la exposición pública reemplaza al análisis serio, todos quedamos vulnerables”, alertó.
Profesionales de la salud consultados por su entorno habrían manifestado inquietud ante un panorama en el que temen que su labor pueda ser malinterpretada o utilizada en su contra.
Para la jueza, este clima de sospecha generalizada no solo afecta a los médicos, sino que pone en riesgo la atención de los pacientes que dependen de ellos para recibir diagnósticos, tratamientos y cuidados preventivos.