Sobre llovido, embarrado: siguen las denuncias por incumplimientos en el barrio Don Luis

Las imágenes son elocuentes. Las promesas falsas terminan en problemas verdaderos para los vecinos del Yachting Club Don Luis en General Rodríguez: Después de la tormenta, el barrio, que supuestamente ya debería estar habitable, quedó convertido en un lodazal, con caminos inundados y montículos de tierra y tosca que generaron además la anegación de las calles vecinales que bordean el lugar.
El Yachting Club Don Luis había sido presentado como un barrio cerrado con lagunas, pileta, canchas, espacios verdes y mucha paz, pero lo que les entregaron fue otra cosa: calles sin terminar, terrenos mal preparados y un barrio que no está en regla. Los vecinos no pueden escriturar porque los lotes siguen en situación irregular desde hace años.
Por esa razón, en un comunicado, quienes ya deberían ser propietarios manifestaron su «profunda preocupación por las reiteradas paralizaciones de las obras y la falta de transparencia en la gestión del desarrollo, que emite comunicaciones mentirosas, carentes de sustento, con una negación inaceptable de la realidad».
«Adquirimos nuestros lotes de buena fe, confiando en la pronta entrega de las escrituras y la finalización de la infraestructura prometida. Sin embargo, hasta la fecha, enfrentamos retrasos injustificados, deficiencias en la ejecución de las obras y una clara desatención a nuestras legítimas demandas», sostuvieron.
Los vecinos exigen que la desarrolladora reanude y termine de manera urgente todas las obras pendientes y que se presenten todos los permisos municipales y provinciales que avalen las obras. Entre ellos están los permisos de ejecución de obra civil, los planos aprobados por catastro, los certificados de aptitud técnica y ambiental, la aprobación de la subdivisión de lotes, los detalles de la planificación urbanística y la aprobacióndel desarrollo por parte de la Autoridad del Agua y la Dirección provincial de ordenamiento territorial. Además, reclamaron que se escrituren de forma urgente los terrenos y que se transfiera la administración del barrio a una administración de consorcios elegida por la asamblea vecinal.
Por ahora la desarrolladora no cumple, se excusa en supuestas demoras de documentos que nunca aparecen. Mucho barro y poca claridad.