Reforma de los DNU: Un poco de oxígeno para el Gobierno en el Congreso

Reforma de los DNU: Un poco de oxígeno para el Gobierno en el Congreso

En otra sesión muy caliente, la cámara de Diputados aprobó este miércoles una reforma clave que modifica la regulación sobre los Decretos de Necesidad y Urgencia e impone fuertes limitaciones al Ejecutivo para usarlos como forma de imponer medidas que no tienen el aval del Congreso. Sin embargo, en la votación particular un artículo fundamental de la iniciativa no logró los votos necesarios, con lo que la iniciativa volverá al Senado. Esto le permite ganar tiempo al Gobierno, que tildó al proyecto de «destituyente».. 

El artículo 3, que establece un plazo para el tratamiento y aprobación de los DNU, fue el centro del debate. El texto propone que los decretos deban ser ratificados por ambas cámaras del Congreso dentro de un plazo de 90 días desde su publicación en el Boletín Oficial. Según esta norma, si no se confirman en ese tiempo, o si alguna de las cámaras no los trata, los DNU perderán automáticamente su vigencia. En la votación en particular, el artículo obtuvo 127 votos y quedó a dos de los 129 necesarios para alcanzar la mayoría absoluta.

Este artículo es clave porque limita fuertemente el uso de los DNU por parte del Poder Ejecutivo justamente en un gobierno donde los decretos son moneda corriente. Actualmente, la legislación permite que un DNU sea ratificado por la aprobación de una sola cámara, mientras que para su rechazo se requiere el consenso de ambas. De aprobarse el artículo 3 tal como fue propuesto, se cambiaría este esquema, otorgando al Congreso un rol central en la validación de los DNU.

El rechazo de este artículo por parte de la Cámara de Diputados no paraliza la reforma, pero sí la retrasa. Ahora, el proyecto será enviado al Senado, que tiene la posibilidad de insistir en el texto original o aceptar las modificaciones propuestas por Diputados. Según los cálculos, el debate sería recién en diciembre, tal vez con una nueva conformación legislativa. 

Con esto, el Gobierno logró un poco de aire en medio de la catarata de reveses que venía sufriendo en el Congreso. Por lo menos no llega a las elecciones teniendo que pagar otra vez el costo de un veto para cuidar sus intereses.

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