Perro que ladra, ¿roba?

Perro que ladra, ¿roba?

Pasó en Córdoba. Condenaron a dos hombres que usaban a un Dogo y un Rottweiler para delinquir

Podiamos arrancar este artículo con la frase original, «perro que ladra no muerde«, y es verdad, pero en Defiéndase decidimos hacer un pequeño cambio al dicho para el título de esta nota.

Año 2018. Nos tenemos que centrar en la ciudad de Córdoba, específicamente en el barrio General Bustos. Dos delincuentes, «el chino», y un amigo de apellido Amatto, amenazaron a un menor de 16 años con dos perros, un Dogo y una Rottweiler para robarle lo poco que tenía (cuarenta pesos, un celular y otras pertenencias).

Pasaron dos años y la justicia, en este caso, consideró el uso de los animales como «agravantes». La Cámara en lo Criminal y Correccional número 2 condenó a las dos personas por el delito de «robo calificado por el uso de arma impropia» por utilizar al animal como elemento amenazante en vez de «armas convencionales».



Facundo, en aquel momento tenía 16 años y fue amenazado. «Salí corriendo porque te largamos a los perros», después de entregar sus pertenencias, incluidas sus zapatillas, salió corriendo. Durante el proceso judicial expresó que si bien los dos animales no lo mordieron sí estuvieron muy cerca de él olfateándolo: «sentí miedo». Durante la sentencia, la jueza Inés Lucero hizo hincapié en que «son una raza peligrosa, con una fuerza en la mandíbula capaz de provocar la muerte».

La fiscal Laura Batistelli aseguró que fueron usados como «armas» para cometer el robo sin importar si estaban adiestrados para atacar: «los sacaban para cometer los robos, amedrentar y generar una mayor vulnerabilidad en la víctima».

La fiscalía agregó también que cuando se lanza un perro no se puede establecer la magnitud de agresión del animal, que sí se puede hacer con un arma. «Puedo disparar a la pierna de la persona si hay un revólver. Pero los perros en este hecho fueron un arma impropia, con mucho impacto, mucho más que un golpe con la culata de un arma».

A los delincuentes los sentenciaron a cinco años de prisión por el hecho. En el falló, la jueza agregó que «un arma impropia es todo objeto que, circunstancialmente, aumente el poder ofensivo del hombre debido a su efectivo empleo como medio violento» y agregó que los perros son tomados como armas «no tanto por la materia, sino por la forma y el uso a la cual se destina, siendo necesario además que el instrumento tenga una real aptitud ofensiva».

Hay que remarcar dos datos. Uno de los delincuentes, «el chino», durante el allanamiento luego del robo, afirmó que los perros eran de su tía y que nunca salían, pero un vecino avisó a la justicia que todas las tardes los «sacaban a pasear, eran grandes, eran gorditos, bien alimentados».

En estos dos años, ninguna autoridad de esa provincia realizó un examen sobre los animales o un secuestro para que no estén más en ese entorno. Pero hace poco, cuando volvieron por ellos ya no los encontraron. Habían sido ofrecidos en internet y que un vecino de esa ciudad los habría «adoptado» para tenerlos por seguridad. En definitiva, robar es de humanos, perdonar es de perros?

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