No disparó, pero es el asesino

No disparó, pero es el asesino

El juez de garantías de La Plata, César Melazo, confirmó la detención de un joven acusado por el delito de homicidio calificado por el vínculo y por ser cometido contra una mujer en el marco de un episodio de violencia de género considerándolo autor mediato del crímen. ¿De qué trata esta teoría?

Esta teoría, planteada por la fiscal Betina Lacki, estableció que pese a que el imputado no ejecutó la acción homicida, su actitud, que igual provocó el resultado muerte, le valió el mismo reproche legal, informaron a este diario fuentes judiciales.

El acusado es Nicolás Díaz (26), quien mantuvo una relación sentimental con Paola Tejeda (33), la víctima, con quien incluso tuvo un hijo, hoy de siete años.

El sábado pasado, cerca de las cinco de la tarde, cuando Tejeda se encontraba junto a tres amigas en su casa de Altos de San Lorenzo, apareció Díaz, quien la habría insultado y golpeado en repetidas ocasiones, como «lo hacía habitualmente», expresaron algunos familiares de la mujer.

En ese contexto de violencia extrema, Tejeda tomó un arma calibre 32 que había en la casa, con la que, según declararon sus amigas ante los investigadores, le efectuó un disparo, que le provocó una herida leve en una pierna.

Se trató, a decir de las testigos, de una acción eminentemente defensiva, para sacarse de encima al agresor, algo que no consiguió.

Tan es así que, siempre en medio de una constante situación de violencia, física y psicológica, Tejeda se apoyó la pistola en la cabeza y después hizo lo mismo en su abdomen, a la altura de la fosa ilíaca, hasta que se autolesionó, agregaron los voceros consultados.

En ese punto, pese a no ser el autor o ejecutor del disparo mortal, la fiscal Lacki entendió que Díaz determinó la ejecución del hecho, en los términos del artículo 45 del Código Penal, lo que le valió la misma pena prevista para el delito, en este caso, la de homicidio calificado por el vínculo y por ser cometido contra una mujer, mediando violencia de género.

«La fiscal consideró que Díaz empujó a la mujer a tomar esa decisión. Anuló su voluntad y nada hizo para evitar que la ejecutara», detalló una persona con acceso al expediente.

Según trascendió, la autopsia al cuerpo de Tejeda, más allá de la herida de bala que desencadenó en su fallecimiento, confirmó la existencia de golpes con distinto grado de evolución en piernas y rostro, lo que corroboraría que fue blanco de constantes maltratos.

De acuerdo a lo que se desprende de la imputación contra Díaz, además se le endilgan los delitos de lesiones leves calificadas, por el vínculo y por ser cometidas en un contexto de violencia de género, tenencia de arma de uso civil y encubrimiento (porque el arma tenía la numeración limada).

Respecto de la situación procesal de Díaz, confirmada su detención por el juez Melazo, ahora seguramente su abogado defensor recurrirá a la instancia de Alzada -la Cámara Penal- en busca de una modificación en la calificación legal, sobre todo respecto del homicidio calificado, que es lo que podría llevarlo a una condena de prisión o reclusión perpetua.

Un elemento que por estas horas está siendo analizado, al menos a modo de indicio de culpabilidad, es el prontuario de Díaz, quien hasta hace dos años habría purgado una condena de nueve años de prisión en una unidad del Servicio Penitenciario bonaerense.

«Tiene antecedentes y estaba siendo buscado para que aclare un hecho en el que, hace muy pocos días, terminó herido de bala en una pierna y, se escapó de la Unidad de Pronta Atención de Los Hornos (UPA), antes de que pudiera ser atendido por los médicos «, mencionó una persona con acceso a la investigación.

Como se sabe, el brutal episodio ocurrió alrededor de las cinco de la tarde del sábado en una casita humilde situada en la calle 76 entre 25 y 26, donde Paola Tejeda, de 33 años, vivía con sus dos hijos: uno de 12, fruto del primer matrimonio, y otro de 7 que había tenido con quien ahora está detenido acusado por su muerte.

Demás está decir que el caso provocó muestras de profunda consternación y dolor entre los familiares de la mujer, quienes continúan a la espera de una mayor información oficial, que les permita aclarar todos los interrogantes.

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