Estudio de la UCA: Aumenta la venta de droga en los barrios.

Informe realizado por el Observatorio de la Deuda Social
De acuerdo con un informe reciente del Observatorio de la Deuda Social Argentina, que depende de la Universidad Católica Argentina (UCA), los vecinos encuestados en distintos barrios perciben un incremento en los puntos y cantidad de venta de estupefacientes. En muchos casos lo atribuyen a la connivencia policial.
Presentación del informe de la UCA
Recientemente, el Papa Francisco ha expresado su preocupación por el narcotráfico, y también se ha referido a su crecimiento en nuestro país. Si bien él no nos ha solicitado alguna acción específica al respecto, como Universidad ?pontificia? entendemos que nos corresponde hacer un aporte. Informado sobre este proyecto, nos alentó a desarrollarlo.
La Encuesta de la Deuda Social Argentina (EDSA) desde hace más de 10 años aplica el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA) con el objeto de ofrecer un estado de la cuestión del desarrollo humano y social en la Argentina urbana. Desde el año 2010 incorporó en forma exploratoria preguntas que identifican a las personas de 18 años y más que declararon que en su barrio existe venta, tráfico, intercambio de drogas o estupefacientes, a fin de monitorear la percepción de la población urbana sobre el avance del narcotráfico en el país. Este estudio cuantitativo se basa en aproximadamente 5.700 casos, siendo así la encuesta privada más representativa de Argentina.
Aquí se presentan los resultados comparativos re- cogidos entre los años 2010 y 2014, y es la primera entrega de una serie de informes que brindarán anual- mente información estadística sólida y confiable, la cual habrá de servir para el reconocimiento del problema, su análisis y la toma de decisión acerca de las acciones a seguir. Diversas instituciones educativas vivenciamos con preocupación el aumento del narcotráfico y de las adicciones, y nos reunimos para discutir al respecto, pero a todos nos hacía falta un instrumento como el que aquí presentamos para evaluar el problema.
Además de la información cuantitativa de la que dispone la Encuesta de la Deuda Social Argentina, este Barómetro ofrecerá otras contribuciones. Este año se resumen aquí, a través de dos notas de investigación, los resultados de otras investigaciones del ODSA, ambas realizadas entre 2013-2014. Una de ellas es una investigación encargada por la Fundación Florencio Pérez de La Plata acerca de la problemática de las adicciones de sustancias psicoactivas -como el alcohol y las drogas ilícitas- entre jóvenes de Gran La Plata y de la percepción de padres de jóvenes de la misma edad (entre 15 y 25 años). Como resultado de un diseño de investigación que combina un abordaje cuantitativo y cualitativo, se publicó un Informe titu- lado ?Consumo de Sustancias Psicoactivas en jóvenes de Gran La Plata? (EDUCA, 2013) y está en prensa un libro titulado ?Estudio sobre el consumo de sustancias psicoactivas, factores de riesgo y protección asociados entre jóvenes de Gran La Plata?.
La otra investigación que se presenta es de la misma época y resulta de la iniciativa del Rectorado, que con el apoyo logístico de Cáritas Buenos Aires y el subsidio de una fundación europea, nos permitió iniciar otra línea de trabajo: el análisis comparativo del desarrollo humano y social en barrios carenciados del Área Metropolitana de Buenos Aires. Para ello se relevaron inicialmente 8 barrios del Conurbano Bonaerense con condición residencial de villas o asentamientos. En este caso, por tratarse de una investigación exclusivamente cualitativa que buscaba indagar cuáles eran los problemas sociales más importantes según la percepción de algunos vecinos y líderes vecinales, nos encontramos con que la problemática del consumo de drogas era, junto a la inseguridad, el problema más acuciante en la vida comunitaria. De los resultados exploratorios de esa indagación damos cuenta en la segunda de las notas de investigación.
Por tanto, este Barómetro que hoy ofrecemos a la sociedad presenta información novedosa elaborada por el ODSA a través de diversas metodologías sobre un tema social por demás relevante: el aumento en el tráfico y la venta de sustancias psicoactivas (drogas y alcohol), así como su impacto sobre distintas poblaciones en riesgo.
Esperamos que este avance inicial en la investigación de un problema tan acuciante sirva para una mayor toma de conciencia sobre su gravedad y promueva iniciativas cada vez más comprometidas dirigidas a su atención, prevención y efectiva erradicación.
Mons. Dr. Víctor M. Fernández rector
Venta de drogas en los barrios y factores de riesgo asociados
El crecimiento del narcotráfico en el país constituye un fenómeno que genera preocupación en diversos ámbitos de la vida pública nacional, desde distintos espacios institucionales se ha manifestado inquietud sobre las consecuencias sociales, sanitarias, políticas, culturales y económicas que ocasiona en sus distintos niveles el tráfico de drogas y sobre las serias posibilidades que existen sobre su profundización.
El narcotráfico constituye una actividad económica ilícita. Como tal, la rentabilidad es un factor clave en su alcance y en las formas que toma su organización. El gran nivel de complejidad que actualmente asume esta actividad se manifiesta en la integración de un conjunto amplio de actividades y agentes que hacen posible a escala global los procesos de producción, distribución, venta de estupefacientes y finalmente el lavado de activos producto de este tráfico. Al mismo tiempo, la ilegalidad de la actividad implica que para asegurar el correcto funcionamiento de las distintas instancias del negocio, se apliquen, por parte de los actores involucrados, diversos tipos de estrategias a fines de organizar un conjunto de actividades e intercambios económicos que por definición no pueden ser formalmente reguladas.
El narcomenudeo se constituye como un com- ponente necesario de este mercado ilícito ya que se configura como el nexo entre las cadenas de distribución y los consumidores. Si bien el mismo adquiere distintas formas y su presencia atraviesa toda la estructura social, es en los espacios urbanos más vulnerables donde no solamente tienden a adquirir mayor visibilidad, sino que también en muchos casos contribuyen a configurar territorialmente dichos espacios.
La expansión de la venta de drogas en los barrios más vulnerables, particularmente en villas de emergencia y asentamientos está asociada tanto al déficit en la presencia estatal, que se manifiesta en las dificultades para el acceso a derechos vinculados al hábitat urbano (vivienda, servicios, infraestructura básica, protección, etc.), como así también en las pocas posibilidades que presenta el mercado de trabajo a sus poblaciones.
Con base en la falta de oportunidades educativas, laborales y las dificultades que se presentan en este contexto para llevar adelante proyectos de vida, el reclutamiento de los jóvenes por parte de las redes de delito organizado resulta más efectivo. La posibilidad de mayores ingresos que a los que podrían acceder con un empleo precario, y la perspectiva de adquirir sentido de pertenencia y reconocimiento al interior de estas redes, se constituyen como elementos que motivan el ingreso de jóvenes en situación de vulnerabilidad a esta actividad, sin dudas a un precio muy alto.
La falta de oportunidades y las dificultades del Estado para hacer efectivas sus regulaciones se presentan como algunos de los determinantes de la emergencia de redes de delito organizado en los barrios más vulnerables. Cabe aclarar que las personas que habitan en estos territorios son gravemente perjudicadas por la expansión del narcotráfico. Por una parte existe mayor exposición al tráfico y a las adicciones con consecuencias negativas para la salud individual y para el bienestar de los grupos familiares afectados. Al mismo tiempo los residentes en villas, asentamientos y barrios vulnerables tienen mayo- res posibilidades de ser víctimas de hechos violentos producto de organizaciones delictivas. Por otra parte, cabe destacar que el establecimiento de redes de comercio ilegal contribuye a la construcción de territorios estigmatizados que afectan negativamente a sus habitantes, que además y como consecuencia tienden a ser objeto de la violencia estatal que se manifiesta en abusos y arbitrariedad por parte de las fuerzas de seguridad.
Recomendaciones del estudio de la UCA frente a esta problemática
La lucha contra el narcotráfico no puede fundarse en una acción represiva sobre las víctimas ni sobre los eslabones más precarios de la cadena sino que debe centrarse y extremar esfuerzo en erradicar las organizaciones delictivas, circuitos económicos y políticos que protegen y promueven la venta y consumo de drogas ilegales.
Es necesario establecer un consenso amplio entre las principales fuerzas políticas y organizaciones sociales del país sobre políticas estratégicas que tengan como área prioritaria tanto la erradicación de las bandas delictivas como la inclusión social de las poblaciones en riesgo.
La prevención del consumo de las sustancias psicoactivas se vincula a la distribución y comercialización de drogas. En este caso, la conducta preventiva debería centrarse en intervenciones que interrumpan y eviten la producción, venta y tráfico de las drogas en espacios comunitarios.
La prevención de las adicciones debería entenderse como un proceso integral para promover un cambio en la situación actual en toda su complejidad, a través de una propuesta para el desarrollo de acciones y proyectos preventivos basados en la participación comunitaria y la coordinación de diversas instituciones y actores sociales.
El registro de venta de drogas en el barrio desciende de manera poco relevante ante una mayor presencia policial, con excepción de los barrios de nivel socioeconómico medio, donde la presencia de fuerzas de seguridad logra mayor impacto. Esto estaría indicando que en los barrios más pobres o medios profesionales existe un déficit de control, falta de efectividad o connivencia policial con esta forma de comercio ilegal.
En hogares donde son más precarias las condiciones socioeconómicas, educativas, laborales y residenciales se registran mayores índices de drogadicción. Mejorar la calidad educativa, crear un hábitat inclusivo, acceder a mejores escenarios de vida y de empleo son factores que reducen de manera significativa en riesgo a adicciones en los sectores más pobres.
El perfil de los hogares extendidos o nucleares incompletos muestra que determinado entorno familiar constituye un factor asociado a las adicciones, creando una especie de efecto múltiple en donde la composición del hogar influye en la adicción así como la adicción repercute negativamente sobre la convivencia familiar.
Crear recursos y fortalezas psicosociales a través de modos adecuados de afrontamiento, de actitudes frente a la externalidad y de contención social, mejoran la calidad de salud tanto física como mental de las personas que se encuentran atravesadas por un contexto familiar con adicciones.
Los indicadores emocionales manifiestan una implementación de ayuda desde los profesionales de la salud mental que no se refleja en la concreción de tratamiento o búsqueda de atención por parte de las familias afectadas por adiciones.