Docentes sin sueldo, chicos sin clases

En el Colegio Saint Exupery de Avellaneda las clases están momentáneamente interrumpidas por los maestros que denuncian diferentes irregularidades, entre ellas el no pago de los sueldos. Una presunta mala administración que le quita a los chicos el derecho a estudiar.
Cuando terminaron las vacaciones de invierno, los padres de los alumnos del Colegio Saint Exupery, propiedad de Paidelia SA, se encontraron con que las maestras no dictarían las clases de sus hijos.
Sandra Fernández, mamá de Martina, que está en cuarto grado, afirmó que las ?pobres maestras «están protestando porque en el colegio las tienen en negro y hace 10 años no les pagan el aguinaldo».
La docente María Cristina Pietkewich ratifica lo dicho por Sandra y agrega que la lucha que están llevando es por «el descuento del sueldo para tener una supuesta obra social, que nunca existió, la falta de aportes jubilatorios, el pago del salario en cuotas y el no reconocimiento de los aguinaldos, entre otras cosas».
Por su parte, Liliana López, mamá de Emanuel que cursa segundo grado, sostuvo que la situación dentro del colegio «no da más para los docentes y mucho menos para los chicos.»
Conjuntamente con las supuestas faltas de la entidad educativa para con los docentes, también los alumnos sufrieron algunas injusticias. Una ex maestra del colegio reveló que hasta el año pasado, no se les permitía elegir como abanderado a los estudiantes que no tuvieran las cuotas al día.
«Como padres nos sentimos angustiados, porque hoy, al mes de agosto tenemos que salir a buscar vacantes. Porque para cualquier papá es insostenible dejar a nuestros hijos acá», expresó Liliana López. En esta entrevista la mamá de Manu continuó explicando de qué manera su hijo sufre el conflicto.
¿Cómo afecta a los alumnos esta situación?
«Si las maestras no pueden dictar clases, los chicos tienen una interrupción en la continuidad pedagógica», afirmó Marta González quien también es docente del colegio, y además sostuvo que ante el conflicto las autoridades contrataron maestras suplentes que «tienen en un aula a 45 alumnos de primero, segundo y tercero grado, y en otra a alumnos de cuarto, quinto y sexto y así es imposible dar clases «
«El colegio es un desastre. Te cobran casi 2000 pesos la cuota, aun teniendo un bajo nivel en la educación de idiomas. Además no enseñan ni computación, ni música», ratificó una ex docente. Y desde el sindicato agregaron que Liliana Colavolpe, asesora pedagógica se lleva un sueldo de 24 mil pesos a pesar de realizar pocas horas de trabajo.
Hasta el día de hoy, 16 alumnos de los 18 que cursaban el cuarto grado dejaron la institución. Y según un grupo de madres, cuando fueron a pedir el pase de sus hijos, las autoridades del colegio les habrían insistido en que dejen asentado que el motivo del cambio era el conflicto docente y no la mala administración que hoy denuncian.
Durante estas dos últimas semanas y luego de varias reuniones en el Ministerio de Trabajo, docentes y padres concurrieron a dicha institución porque existe la posibilidad de tomar el control del colegio, pero son las actuales autoridades quienes no dejan que eso suceda al no entregar los libros contables y permitir a los posibles nuevos titulares realizar los balances.
Este viernes, los maestros afiliados al Sindicato Argentinos de Docentes Privados (SADOP) asistieron a una audiencia en el ministerio para analizar la situación. Quienes también estaban citados eran los titulares del colegio, es decir, los socios de Paidelia SA, quienes una vez más se ausentaron y en representación mandarona un abogado de apellido San Juan quien expresó que «el colegio estaba quebrado «
Luego de efectuar una inspección, el Ministerio de Trabajo dictó una multa contra la institución, que ronda los 10.000 pesos para que el colegio regularice las condiciones de los docentes. Maximiliano Schell, profesor de educación física del establecimiento y delegado gremial de los maestros sostuvo que si siguen sin responder actuará la fuerza pública para conseguir la documentación necesaria para conocer en qué situación está la sociedad.