Con la manito NO

Con la manito NO

Una mujer de 39 años, que fue víctima de los impulsos sexuales de su jefe mientras trabajaba como empleada de un hotel porteño, recibirá de su superior y de la empresa 18.600 pesos de indemnización. Es la primera vez que un fallo como éste sucede en el país.

El primer año que trabajó en el hotel, transcurrió en paz. Tenía la tarea de vigilar, a través de las cámaras de circuito cerrado, que nada ni nadie pusiera en peligro la tranquilidad de las personas que se hospedaban en el Alvear. Lo que nunca hubiese imaginado es que sería ella la que tendría que cuidarse, y no de posibles ladrones o de turistas descontrolados, sino de la lascivia de su propio jefe. Ella entró en 1994. El jefe acosador, en el 95. El quería una relación que trascendiera lo laboral. Ella, que lo dejara en paz. Pero era inútil; a cada negativa de ella, su superior iba por más. Cierto día la situación, que parecía contenida dentro de las molestas insinuaciones verbales, se desbordó y el hombre pasó a la acción. Se le arrimó más de lo debido y le empezó a acariciar la cabeza. La mujer, de 32 años para esa época, denunció el acoso al jefe de su jefe. Pero en lugar de protegerla, sus superiores le asignaron más tareas y más complejas, como una forma de escarmiento. Ahora, un fallo inédito en el país de la Sala M de la Cámara Civil porteña, condenó por daños y perjuicios al acosador y a la empresa por considerarlos responsables solidarios y los instó a pagarle a la mujer 18.600 pesos de indemnización. La sanción incluye el daño moral que le produjeron los arrebatos sexuales de su superior y que la empujaron a un intento de suicidio, más los gastos del tratamiento psicológico para superar la depresión en que se sumergió. La causa, rechazada en primera instancia y aceptada luego en la Cámara Civil, va a ser llevada por la empresa hotelera hasta la Suprema Corte, para su sentencia definitiva. La suma, que puede llegar a los 25.000 pesos sumados los intereses, contempla también el resarcimiento por lucro cesante. Porque ella perdió el empleo. El no.

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