Como David y Goliat

Como David y Goliat

Con el fin de agilizar tareas en su empresa, Horacio contrató la conexión a internet Speedy de Telefónica. Junto con este servicio, venía de regalo la instalación de una línea telefónica nueva.  Nada de todo lo que adquirió funcionó, sin embargo, Telefónica continuó enviándole las facturas de pago. Por no abonarlas, le cortaron una línea que tenía originalmente. La deuda crece mes a mes. Una vez más la historia de un gigante contra un consumidor indefenso.

Horacio Canosa creyó que con una conexión a internet más rápida, ahorraría tiempo y agilizaría labores en su empresa. Por esta razón decidió contratar a principios de noviembre de 2004 el servicio de ADSL Speedy Teletrabajo, un producto de Telefónica de Argentina S.A. que venía además con la instalación gratuita de una línea de teléfono nueva. Si hubiera sabido lo que le esperaba ni en sueños hubiera tomado esa decisión.

La idea de un beneficio a corto plazo comenzó a diluirse a los pocos días ya que Telefónica no respetó los plazos acordados y terminó instalando el servicio un mes más tarde. Las demoras le generaron a Horacio numerosos problemas laborales, ya que internet era para él una herramienta imprescindible.

Cuando finalmente la instalación estuvo resuelta y obtuvieron señal, el servicio comenzó a presentar numerosos defectos y jamás funcionó correctamente. Se contactó con el proveedor pero le decían que los problemas eran de él y no tenían que ver con la instalación realizada por Telefónica. Horacio hizo un relevo técnico el cual dio como resultado que, como el sospechaba, la falla estaba en la conexión efectuada por Telefónica.

Un tiempo después, se presentó personal técnico para remplazar el modem. Más días de trabajo perdidos sin conexión a internet, más inconvenientes para Horacio. El nuevo modem y la nueva conexión tampoco funcionaron. En este período las facturas de pago siguieron llegando. Horacio estaba indignado. Insistían en cobrarle por un servicio que nunca anduvo. Hizo el reclamo en la empresa pero no le ofrecieron ninguna solución. Un día, sin avisos ni explicaciones de por medio le cortaron de manera arbitraria y antirreglamentaria la línea que él tenía originalmente en su lugar de trabajo. Según le dijeron luego, por no abonar la línea defectuosa que le vino de regalo con el pack de Speedy. Algo en verdad increíble.

Pidió la baja del servicio pero se niegan a dársela hasta tanto no pague la deuda creciente que mantiene con la empresa. Hizo el reclamo en la Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC), el organismo encargado de regular la concesión del servicio telefónico, pero solo resolvieron un pequeño aspecto de su reclamo.

Una vez más la historia de David y Goliat reflejada en uno de tantos usuarios que deben luchar contra el poder indiscriminado, arbitrario y antirreglamentario de las grandes compañías que, haciendo base en el país, no hacen más que buscar la vuelta para perjudicar a un consumidor con pocas armas para hacer frente a tantos abusos.

Esta historia no termina y junto a ella quedan planteados los siguientes interrogantes…La CNC, ¿dará el ejemplo con una resolución ejemplar? Horacio, ¿podrá encontrar justicia en la Justicia, demandando a Telefónica por los daños y perjuicios padecidos? ¿Será este otro caso de empresas gigantes que logran salirse con la suya? Todo lo que suceda con Horacio lo informaremos en lo sucesivo, aquí en Defiéndase.com

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